-- Andalucia Para Conocer

27 diciembre 2014

Sevilla


Entre las estribaciones de Sierra Morena al norte y la Sierra Sur, fluye el Guadalquivir, el viejo Betis, regando un rico y fértil valle. En su curso bajo, a 70 kilómetros del mar se asienta la milenaria ciudad de Sevilla, capital de la Comunidad Autónoma andaluza y de la provincia más extensa y poblada de Andalucía.
Los pueblos y ciudades ribereños son vivo testimonio de su pasado histórico y cultural. Sevilla ciudad emblemática de fama universal, árabe, judía y romana, también en su río, su puerto fluvial, destino privilegiado del comercio de las Indias occidentales. Sus manifestaciones artísticas y folclóricas la convierten en un privilegiado destino turístico.
Es la capital de Andalucía, así como la provincia de mayor extensión del la comunidad autónoma. Limita con las provincias de Málaga y Cádiz al Sur, Huelva al Oeste, Badajoz al Norte, y Córdoba al Este.
Hacia el primer milenio a.c., coincidiendo con la colonización fenicia y la cultura tartésica, se remonta el origen de la ciudad de Sevilla. Su asentamiento en la confluencia de vías fluviales y terrestres facilitaron un rápido crecimiento económico del valle y tierras colindantes.
La Colonia Julia Romula Hispalis, fundada por Julio Cesar, desarrolla una espectacular actividad mercantil. Se crean importantes asentamientos en todo el territorio, cuya monumentalidad pervive en nuestros días. Los árabes dejarán una indeleble huella cultural y monumental en estas tierras. En el siglo XVI Sevilla vive un periodo de máximo esplendor. Al puerto sevillano llegan mercaderías de toda Europa y metales preciosos del Nuevo Mundo, que contribuirán al desarrollo del occidente europeo. Con la ilustración se reactivan el comercio, la agricultura y la industria. La exposición Universal de 1992 difunde y engrandece, aún más, el nombre de Sevilla.
Sevilla, a orillas del Guadalquivir se levanta esta hermosa ciudad, cuyos orígenes la sumergen en lo desconocido. Quizás tres mil años atrás nos situarían en el nacimiento de esta vieja urbe.
Desde tartessos hasta nuestros días Sevilla ha sido romana, visigoda, musulmana y cristiana, así como
un importante punto de confluencia de rutas marítimas y terrestres.
Denominada Hispalis por los romanos e Isbiliya por los musulmanes, presenta hermosos testimonios de ambas culturas.
Con el descubrimiento del Nuevo Mundo Sevilla se convierte en el puerto de salida y llegada de las naves que se aventuraban a la exploración y colonización de estas nuevas tierras, alcanzando con ello una importante economía mercantil.
En la actualidad es una bella ciudad al sur de la Península Ibérica, distinguida por su privilegiado clima, el carácter acogedor de sus gentes, sus reconocidas Semana Santa y Feria, y por ser el santuario de la tauromaquia.
Confundiendo Mitología e Historia el origen de Sevilla se remonta al pueblo Tartesso cuyo nombre proviene del que recibía entonces el río Guadalquivir (Tarssis).
Esta tesis es apoyada por los hallazgos arqueológicos que datarían del siglo VIII a.c. Un exponente de estos hallazgos es el fabuloso tesoro denominado de "El Carambolo" que contiene piezas de oro macizo, este elemento podría ser parte de una coraza.
Incluso en la Biblia, se hace mención a este enclave, cuando el Rey Salomón mandaba sus naves en busca del oro de Tarssis para la construcción de su templo.
Por todo esto, se piensa que su esplendor era conocido a lo largo de todo el Mediterráneo, ya que incluso naves griegas y fenicias vendrían también en busca de sus metales.
Nada se conoce sobre la causa de la desaparición de este Pueblo, tras los que llegaron diferentes culturas: turdetana, ibérica y púnica.






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Malaga


Málaga milenaria y cosmopolita en el pasado, conserva intactas sus raíces históricas. Si en tiempos remotos fue testigo de los orígenes del hombre y de la cultura mediterránea, hoy convertida en primera potencia de la industria turística andaluza, mantiene viva su tradición de tierra acogedora y creativa.
Málaga marinera en su litoral donde nunca es invierno; de vocación serrana, tierra adentro, donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor. Pueblos blancos de hermosa arquitectura, envueltos en románticas leyendas, ponen su punto de luz en los recónditos valles donde la vida discurre plácidamente. Y desde la alta sierra la mirada abarca el horizonte hasta perderse en la inmensidad azul del mar.
La provincia de Málaga, se sitúa al sur de la costa mediterránea, entre las provincias de Granada y Cádiz, y limitando al norte con las de Córdoba y Sevilla.
Entre el mar y la sierra discurre la historia de esta peculiar provincia, cuya capital fue testigo del despegue económico y cultural del mediterráneo occidental. La Malaka fenicia se convirtió en un próspero centro comercial. Tras la invasión musulmana del siglo VIII, su territorio se arabiza, se integra, más tarde, en el reino nazarí de Granada y vive un nuevo periodo de apogeo comercial y cultural.
En el siglo XIX, las siderurgias, la potente industria txtil de los Larios y la comercialización de sus vinos, proporciona un importante desarrollo económico a la provincia.
Tras décadas de crisis, en la segunda mitad del siglo XX, Málaga logra un rápido crecimiento económico gracias a la industria turística. Cada año millones de ciudadanos de todo el mundo eligen esta paradisíaca tierra para descansar en sus soleadas playas, conocer su rico patrimonio monumental o adentrarse en la belleza salvaje de su geografía serrana.
Para encontrar el primer enclave cultural asentado sobre la capital hay que remontarse al primer milenio a.C., cuando comienza la colonización fenicia de la costa suroriental andaluza con la fundación de Gadir (Cádiz) en el 1100 a.C. por los fenicios procedentes de Tiro, que es seguida de la fundación, por estos mismos colonizadores, de Malaka (Málaga), Sexi (Almuñécar) y Abdera (Adra), alrededor del 800 a.C. Sería, no obstante, más correcto hablar de establecimientos de factorías comerciales que de fundaciones de ciudades propiamente dichas.


De cualquier forma, Malaka es el primer enclave cultural sobre la demarcación de la actual capital malagueña del que se tienen noticias históricas. Por último, hay que señalar que los establecimientos de estas factorías fenicias a lo largo de la costa suroriental de la península ibérica hubieron de realizarse sobre una base étnica íbera.
Después de la colonización griega que llega a puntos muy cercanos a lo que hoy es la capital de la provincia, Málaga se encuentra durante más de sesenta años bajo la dominación cartaginesa que, tras las guerras púnicas, acaba en el año 202 a.C. con la victoria romana y el paso de Málaga a la órbita imperial de los vencedores dentro del área de la Hispania Ulterior (la Bética durante la égida de Augusto, hasta el 14 d.C.). Durante estos años, el Municipium Malacitanum es punto de tránsito dentro de la Vía Hercúlea, verdadera catalizadora de la ciudad desde un enfoque económico y cultural, al comunicarla ésta con otros enclaves desarrollados de la Hispania interior y con los demás puertos del Mediterráneo. De esta época data el teatro romano que, a pesar de sus reducidas dimensiones (una cavea de 31 m. de radio y un alzado de 16 m.), pasa por ser uno de los más antiguos de toda la Hispania.


En el año 325, cuando se celebra el Concilio de Nicea, Málaga aparece como uno de los pocos enclaves romanos dentro de la península en los que había enraizado fuertemente el credo cristiano. Anteriormente a esta fecha, se habían venido produciendo en la ciudad frecuentes levantamientos de carácter antirromano catalizados precisamente por la oposición al paganismo de estos hispanorromanos asimilados al cristianismo.






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Los Dólmenes de Antequera




Los constructores de los monumentos megalíticos son las primera comunidades agrarias de las fértiles tierras del valle del Guadalhorce. En el entorno de la necrópolis se han identificado varios asentamientos de los periodos Neolítico y de la Edad del Cobre, los periodos de apogeo del megalitismo, entre aproximadamente 5000 y 2200 años antes de nuestra era, como el Enclave Arqueológico de Peñas de Cabrera en Casabermeja que cuenta con un importante conjunto de pinturas rupestres. En la formación kárstica de El Torcal, al sur de Antequera y la Sierra de Mollina, hacia el Noroeste, se encuentran asentamientos en cueva del periodo Neolítico como por ejemplo la Cueva del Toro, la Cueva de la Pulsera o la Cueva de la Higuera. En algunos de ellos se han realizado investigaciones arqueológicas que han permitido establecer aspectos relativos al hábitat, la tecnología y la economía de estos grupos. El asentamiento más próximo a la necrópolis megalítica es, no obstante, el Cerro de Marimacho, una pequeña colina situada apenas a 200 metros al Este de Menga y Viera. Aquí, a fi nales de la Edad del Cobre (c. 2600-2200 a.n.e.), existió una pequeña aldea al aire libre con viviendas semi-subterráneas. En general, es bastante improbable que ninguna de estas comunidades neolíticas y de la Edad del Cobre (integradas por no más de unas pocas decenas de individuos) acometiera individualmente la formidable empresa de construir los enormes monumentos megalíticos. Esta tarea debió requerir una estrecha cooperación entre numerosas comunidades que compartían códigos religiosos comunes así como una noción compartida de pertenencia tribal o clánica.



Situados alrededor de tres kilómetros, a las afueras de Antequera, la historia y el misticismo se dan la mano en el considerado mejor conjunto dolménico de España, compuesto por los Dólmenes de Menga, Viera y El Romeral. Estas huellas arqueológicas fueron testigo de poblados existentes hacia el 2000 a.C. y 1800 a.C, años en que se fechan sus construcciones, que han soportado el peso de siglos de historia y han sido y son objeto de múltiples estudios e investigaciones.
Estas construcciones megalíticas, reconocidas como monumentos histórico-artísticos, forman parte de un conjunto declarado como Zona Arqueológica por el Gobierno andaluz hace dos años. Además de los dólmenes, conforman este conjunto el poblado calcolítico del Cerro de Marimacho y una villa romana, extendiéndose alrededor de más de 200.000 metros cuadrados.
Viera y El Romeral, increíbles vestigios de la cultura funeraria de la Edad de Bronce en la Península.
Dolmen de la Cueva de Menga
Situados alrededor de tres kilómetros, a las afueras de Antequera, la historia y el misticismo se dan la mano en el considerado mejor conjunto dolménico de España, compuesto por los Dólmenes de Menga, Viera y El Romeral. Estas huellas arqueológicas fueron testigo de poblados existentes hacia el 2000 a.C. y 1800 a.C, años en que se fechan sus construcciones, que han soportado el peso de siglos de historia y han sido y son objeto de múltiples estudios e investigaciones.
Estas construcciones megalíticas, reconocidas como monumentos histórico-artísticos, forman parte de un conjunto declarado como Zona Arqueológica por el Gobierno andaluz hace dos años. Además de los dólmenes, conforman este conjunto el poblado calcolítico del Cerro de Marimacho y una villa romana, extendiéndose alrededor de más de 200.000 metros cuadrados.
Dolmen de Menga, principal exponente de la necrópolis



Los Dólmenes de Menga, Viera y El Romeral forman la necrópolis de este conjunto, siendo el de Menga su exponente principal y el de mayor antigüedad, fechado hacia el 2500 a.C., aunque las últimas investigaciones apuntan a que se construyó más de mil años antes. Su cámara sorprende por sus grandes dimensiones, de 25 metros de largo y siete de ancho, formada por siete grandes monolitos cuadrados en cada lado y una enorme piedra que forma la cabecera. Cinco grandes losas de piedra horizontales descansan sobre tres pilares centrales, convirtiendo a la cámara en una impresionante galería sobre la que se aprecia, desde el exterior, el montículo de tierra que cubre al dolmen, de 50 metros de diámetro. Es el único de los tres dólmenes que tiene unas inscripciones de figuras antropomórficas, situadas en la primera losa de entrada a la izquierda. Y es que, por todas sus singularidades, el dolmen es considerado como uno de los más importantes de toda Europa.
Se localiza sobre una pequeña elevación frente a la vega antequerana y está orientado hacia la Peña de Los Enamorados, hecho que le confiere un carácter casi excepcional. Así, llama la atención que, mientras que la mayoría de los sepulcros megalíticos hallados en la región andaluza se orientan directamente hacia el este, hacia la salida del sol, el dolmen de Menga se encuentra "mirando" a la Peña de los Enamorados. Parece que la peña pudiera ser un lugar de ceremonias, tal como demuestran las pinturas rupestres encontradas en ella, y la orientación, en este caso, sería una forma de rendir tributo a este sitio.

Viera y El Romeral



Por su parte, el dolmen de Viera, se construyó hacia el 2000 a.C. Se emplaza a unos 70 metros del dolmen de Menga y, a diferencia de éste, sí está orientado hacia la salida del sol. Se trata de un sepulcro de galería cubierta, formada por un corredor de acceso y una cámara de sección cuadrada a la que se accede por medio de una puerta labrada en un monolito. El corredor, de 19 metros, se conserva completo en un espacio formado por ocho ortostatos a la derecha y siete a la izquierda, mientras que la cámara es una habitación formada por cinco grandes losas, cuatro que forman las paredes y una cobija a nivel con el corredor. Sobre todo ello descansa un túmulo de tierra.


Y por último, El Romeral, situado a tres kilómetros de los otros dos, es de forma similar al de Viera, con un pasillo y una cámara final. Pero en esta construcción, la cámara final se sigue de otra menor, de base circular. Es significativo el empleo de la técnica de la falsa bóveda, constituida por piedras que se superponen en capas sucesivas hasta casi cerrar el techo. Su construcción data del año 1800 a.C. y es el dolmen de este conjunto megalítico que mejor podría ratificar la posible función y el carácter funerario o sepulcral de este tipo de construcciones gracias a los hallazgos de restos humanos.






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26 diciembre 2014

Jaén


Jaén es una de las ciudades más antiguas de España, ya que recientemente ha sido descubierto el yacimiento neolítico de Marroquíes Bajos, en el norte de la ciudad, que data de aproximadamente 2.500 años antes de Cristo, con viviendas dispuestas en círculos concéntricos y una incipiente infraestructura hidráulica.
Jaén fue a continuación un campamento cartaginés, antes de la llegada de los romanos, que le dieron el nombre de "Auringis" o "Aurgi", por la presencia de oro. Aún quedan algunos vestigios de esa época.
La provincia de Jaén reúne en su variada geografía, la belleza de su paisaje natural y la monumentalidad de pueblos y ciudades que conservan viva la memoria de un pasado esplendoroso.



Tierra extensa y apacible donde el olivar abarca el horizonte. Y entre los olivos y la exuberante vegetación de sus parques naturales, impresionantes muestras de arte íbero, iglesias, catedrales, palacios y castillos de factura gótica, renacentista o barroca. Jaén, tierra del buen aceite, paraíso soñado para quien se adentra en el sur cruzando Despeñaperros.
La provincia de Jaén es la puerta de Andalucía, situada al noreste de la comunidad autónoma andaluza, justamente en la cabecera del río Guadalquivir, a caballo entre Sierra Morena y las Cordilleras Béticas. Su extensión es de 13.496,09 km2, limitando al norte con la provincia de Ciudad Real, con Córdoba al oeste, con Granada al sur y al este con Albacete.
La capital de la provincia es la ciudad de Jaén.


Historia de Jaén. Mas Información………..







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25 diciembre 2014

Nuestra Señora del Mayor Dolor o del Castillo


La Iglesia Prioral de , en la localidad de Aracena, provincia de Huelva, Andalucía, España, es un templo católico desde 25 de julio de 1995.
Esta antigua iglesia del Temple, construido en las fechas de estilo gótico del siglo 13. Se asienta sobre una colina junto al castillo de Aracena. Es la parroquia más antigua del distrito. Puede ser catalogado como una iglesia-fortaleza. La gruta de las Maravillas se encuentra debajo de la colina de piedra caliza sobre la que se levanta el edificio.
En la construcción que data del siglo XV, de estilo gótico tardío se deja notar las influencias mudéjares y de la Catedral de Sevilla.
El templo tiene tres naves a igual altura con coro a los pies y presbiterio poligonal.
En su interior, se destaca las bóvedas nervadas de esquema estrellado.
La Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores de Aracena, se encuentra situada en la parte más alta de la ciudad, en la cima del cerro junto a donde aún se conservan restos del antiguo Castillo que construyeran los portugueses en el siglo XIII, en época de guerras fronterizas con los reinos castellanos.
Se trata de la parroquia más antigua de Aracena, construida en sillería de granito entre los siglos XIII y XIV, posiblemente sustituyendo a una antigua mezquita musulmana anterior. Cuenta con una primera etapa constructiva realizad hacia 1260, de la que subsisten la cabecera, el primer tramo de las naves, y su peculiar atrio a los pies, que se levanta ocupando todo el frente de esa fachada. El resto del templo, naves y portadas del evangelio y principal, son de finales del siglo XV, realizado en estilo gótico tardío. Además existen otras partes del templo claramente mudéjares, como son la torre y la fachada de la epístola.
La iglesia tiene planta de salón y cuenta con tres naves de cinco tramos, sin crucero, y con un coro alto a los pies, de finales de siglo XVI, cerrado con antepecho calado de piedra. La cabecera es de base poligonal y posee contrafuertes exteriores, algunos de ellos eliminados posteriormente al serle añadido un camarín barroco.
Las cubiertas del templo se sitúan toda a la misma altura, como es habitual en las iglesias de salón, y están constituidas en sus tres naves por elegantes bóvedas de nervadura gótica con terceletes. Al exterior esta cubierta aparece como una azotea que al parecer estuvo anteriormente almenada y pudo tener quizás una función defensiva y militar. El ábside poligonal, precedido por un tramo rectangular, también cuenta con bóveda de nervadura gótica, con espinazo central, cuyos nervios se apoyan en columnas adosadas. Delante del ábside y en casi su totalidad, se levanta un retablo barroco de columnas rojizas de fuste liso y capiteles corintios, en cuyo centro se abre un amplio camarín donde se aloja una imagen de la Virgen de los Dolores, patrona de la ciudad.



Exteriormente la iglesia presenta un original e interesantísimo atrio cubierto y adosado a la fachada de los pies y abierto a los tres lados exteriores por amplios arcos góticos: tres al frente y uno a cada lateral. Tras este pórtico se encuentra la denominada Puerta Real, compuesta por agujas que terminan en pináculos que centran un gablete con arquivoltas y una red de rombos con motivos florales. Desde la terraza que rodea a este atrio, las vistas de la ciudad y de la serranía son espectaculares.
Lateralmente el templo se encuentra reforzado por poderosos contrafuertes, entre los que se encuentran dos pequeñas portadas góticas; y en la cabecera destacan los volúmenes del camarín barroco, por encima del cual asoman las almenas escalonadas del ábside.
Pero del exterior lo más interesante es su soberbia torre mudéjar de fuste cuadrado y rematado por almenas, que se levanta a un lado de la cabecera, con un claro aspecto militar y de defensa. Anterior a la propia iglesia, esta torre se sitúa en el lado del evangelio y se encuentra decorada en un solo frente donde luce la clásica decoración almohade de paños rectangulares de sebka que incluye múltiples pisos de pequeños arcos polilobulados entrelazados. En su cuerpo inferior dos grandes arcos apuntados, también polilobulados sobre tres columna iniciales forman la base y el inicio de esta notable decoración. En la parte superior de este mismo frente, aparece en relieve la cruz de los Templarios, testigo de la Orden a la que perteneció el templo en el pasado.
De la obra mueble gótica que tenía el templo, hoy no queda nada. Las tablas de San Ginés y Santa Brígida desaparecieron en los graves disturbios del año 1936, así como el Calvario que ocupaba la viga central de la iglesia.
Bien de Interés Cultural, la iglesia presenta en la actualidad un excelente estado de conservación, y fue declarada monumento en el año 1931 según queda recogido y publicado en La Gaceta de Madrid en ese mismo año.

Huelva



Desde las estribaciones más occidentales de Sierra Morena hasta el litoral atlántico, el viajero que se adentra en la provincia onubense disfruta, bajo un cielo luminoso, de una naturaleza pródiga y delicada.
El clima de la sierra, húmedo y suave, dulcifica las altas temperaturas del verano y los rigores invernales. El centro, más caluroso y seco, se refresca con las brisas marinas del atardecer.
Un clima templado del litoral, que invita a disfrutar del sol y del mar durante todo el año, en un entorno de pueblos blancos, acogedores y dotados de los más modernos servicios.
Fronteriza con Portugal y bañada por el Océano Atlántico se sitúa en el oeste de Andalucía, limita al norte con la provincia de Badajoz, al este con las provincias de Sevilla y Cádiz, al sur con el Océano Atlántico y al oeste con Portugal.
Pese a su vecindad con la provincia de Cádiz, es la única provincia española que no tiene comunicación directa con su vecina y para llegar a la misma debe atravesar la de Sevilla. La capital de la provincia de Huelva es la ciudad de Huelva.
La historia de esta provincia, de inequívoca vocación marinera, se remonta al primer milenio anterior a nuestra era. Tartesos y fenicios explotan las minas del interior, convierten los pueblos del litoral en prósperos enclaves mercantiles y crean una ruta marítima, para transportar los minerales de Tharsis y Riotinto a las ciudades del Mediterráneo oriental.
Al final de la Edad Media, los puertos atlánticos onubenses viven un periodo de gran esplendor. Del muelle de Palos de la Frontera, en 1492, parte la primera expedición de Colón hacia el Nuevo Mundo. La gesta colombina señala un antes y un después en la historia de Huelva.


Provincia rica en tradiciones y poseedora de un patrimonio paisajístico y cultural que se remonta a la civilización tartésica. Su huella se puede rastrear por el Andévalo y la Cuenca Minera. El bosque umbrío de la sierra, las dehesas de encinas y las milenarias explotaciones mineras, permiten disfrutar de paisajes dilatados y apacibles.
La campiña del Condado de grandes pueblos agrícolas y peculiar arquitectura, se extiende hasta la costa, de suave clima e inmensas playas cubiertas de un manto vegetal de pinos y enebros. El litoral alcanza los límites del Parque Nacional de Doñana, allí donde el Guadalquivir desemboca en el mar.
Recientes hallazgos arqueológicos reconocen a Huelva como la ciudad más antigua de occidente. Dada su estratégica ubicación geográfica, a lo largo de siglos, ha sido testigo privilegiado del paso de culturas y civilizaciones, cuyo legado la han ido forjando y enriqueciendo hasta convertirla en la ciudad de vasto patrimonio histórico que es hoy.
En el subsuelo de Huelva se ha localizado e inventariado numerosos vestigios de la civilización tartésica, datada como la más antigua de occidente, que abrió paso en la historia al asentamiento de numerosos pueblos gracias a su proximidad al mar.



El testigo lo recogieron los fenicios, a los que se atribuye alrededor del año 1000 A.C la constitución del actual núcleo urbano de lo que posteriormente llamaron Onuba, y los romanos, de cuya presencia, aunque documentada, apenas si se conservan restos arqueológicos de relevancia.
Con escasas evidencias del pueblo visigodo, fueron los musulmanes los siguientes en asentarse a partir del siglo VIII d.C en Huelva, donde coexistieron los núcleos de Welva y Saltish, la actual isla Saltés. Tras varios siglos de dominación musulmana, la época cristiana anticipa uno de los acontecimientos que marcarán la historia de la humanidad y al mismo tiempo la de Huelva, de vocación marinera: su contribución al Descubrimiento de América en
1492.
Este hito, sin embargo, precede al declive experimentado por la ciudad en los siglos posteriores, en los que, sacudida también por los devastadores efectos del terremoto de Lisboa de 1775, que la despojó de gran parte de su patrimonio monumental y arquitectónico, se estanca con respecto al florecimiento de otras ciudades españolas.
Habría que aguardar hasta finales del siglo XIX, poco después de que Huelva adquiriera la capitalidad de la provincia, para asistir a su impulso económico e industrial gracias a las explotaciones mineras inglesas repartidas por la provincia, que hicieron del puerto de Huelva un enclave estratégico, incluso con implicaciones en la II
guerra mundial.
Esta herencia anglosajona acabaría por encauzar su actual fisonomía hasta la construcción del Polo Químico en los años 60 y su posterior transformación urbanística le permiten despegar
económica y demográficamente.



Presencia Romana en la historia de Huelva.Ver Mas...............









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Andalucia (Un poco de Historia)



Andalucía ha sido foco de civilización y escenario de una historia milenaria de convivencia entre culturas, sin la cual es difícil entender la propia evolución de España y Europa. Poblada desde la Edad de Piedra, aquí nacen y se desarrollan algunas de las culturas más avanzadas del continente europeo durante la Edad de Bronce.

Tesoro de Torredonjimeno
La revolución del Neolítico y el descubrimiento de la agricultura llegan desde África pasando por Andalucía, un territorio que en adelante será también encrucijada de primer orden en el flujo civilizador que va del Mediterráneo oriental hacia el occidente europeo: griegos, fenicios, cartagineses y romanos dan cuenta de Andalucía como lugar privilegiado por la naturaleza, una imagen que aparece ya en los primeros textos de la Antigüedad Clásica y que será mantenida en el tiempo.

Al abrigo de la abundancia de sus recursos naturales, durante el primer milenio a.C. se desarrolló en una amplia zona del Bajo Guadalquivir la cultura tartésica, que, favorecida por la fertilidad de la tierra y la gran riqueza minera, dominó pronto las técnicas metalúrgicas y alcanzó un alto grado de organización social y de refinamiento cultural, como pone de manifiesto el tesoro del Carambolo, encontrado cerca de Sevilla. El reino de Tartessos comerció con las Islas Británicas y estableció contactos comerciales con otros pueblos del Mediterráneo, como los griegos y, sobre todo, los fenicios, que fundaron, entre otras, las colonias de Gadir (la actual Cádiz), Malaka (Málaga), Sexi (Almuñécar) y Abdera (Adra).


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Granada



Cuenta la leyenda que Granada Capital debe su nombre a una de las hijas de Noé o de Hércules llamada "Granata", aunque en la historia de Granada aparece documentado su nombre antes de la conquista árabe en el barrio Judío de "Garnata".
En el año 306 se celebró el Concilio de Elvira, el primero de España. Las tres poblaciones que existieron durante la invasión musulmana (Elvira, Qastilla y Garnata) dependieron del Califato de Córdoba.
A finales del siglo XI la invasión almorávide acabó con la dinastía ziríe y en 1237 se culminó la constitución del Reino de Granada, que permaneció como último reducto musulmán hasta 1492.
monumento de isabel catilica
En el siglo XIV, durante los reinados de Yusuf I y Muhammad V, vivió su máximo esplendor. Por entonces se construyó el conjunto de la Alhambra y el Generalife.
El 2 de Enero de 1492, Granada es tomada por los Reyes Católicos. También en Granada, Cristóbal Colón se entrevistó con la Reina Isabel la Católica y consiguió el apoyo para el descubrimiento de América.
Comienza una nueva era de la historia de Granada, con el esplendor de la cultura cristiana, y aún más con la venida del emperador Carlos V, construyéndose todos los grandes monumentos cristianos, coincidiendo con el Gótico tardío y el renacimiento.
Volvería el esplendor en los siglos XVII y XVIII, con las grandes obras del Barroco y edificios del PosBarroco.
Habría un declive en los siglos siguientes, y Granada no vuelve a cobrar renombre hasta la llegada del escritor Washintong Irving. Con la llegada a Granada de la Reina Isabel II, en 1862, Granada capital cobra auge de nuevo.
Granada inspiró a muchos personajes ilustres que plasmaron en sus obras la emoción que sintieron por la ciudad: García Lorca, Juán Ramón Jimenez, Manuel de Falla, Andrés Segovia, por citar a algunos.
Granada es música y poesía, puro arte monumental, cultura milenaria. Es provincia que alcanza el cielo desde las escarpadas cumbres de Sierra Nevada; ciudades de impresionante arquitectura que se encalman en el Altiplano; pueblos blancos desparramados por valles y laderas que mueren en los acantilados y playas de la Costa Tropical. La provincia de Granada, privilegiado destino turístico, permite al viajero practicar esquí en Sierra Nevada, aventurarse por los recónditos pueblos alpujarreños, recorrer la última frontera de Al-Andalus en el Poniente Granadino o alojarse en cuevas que rememoran la vida troglodita.
Una tierra de veranos suaves y cálidos e inviernos propicios para el disfrute de los deportes de nieve.
A orillas del mar Mediterráneo y en plena cordillera Penibética. Su capital es la ciudad de Granada.
Limita, al oeste, con las provincias de Málaga y Córdoba; al norte con Jaén, al este Almería y al sur tiene salida al Mediterráneo.
Toda la provincia cuenta con alicientes para el turismo monumental y cultural. En el municipio de Santa Fe, se gestó el descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón, y Fuentevaqueros vio el nacimiento de Federico García Lorca, uno de los poetas y dramaturgos más importantes que han alumbrado las letras españolas.
En el altiplano granadino aparecieron los restos de un homínido datado entre uno y dos millones de años. Los bastetanos, pueblo ibérico, legaron a la posteridad una reliquia de gran valor histórico y cultural: la Dama de Baza.
Hacia el siglo V a.c., unas monedas acuñadas por los túrdolos dan cuenta del origen de la capital de esta hermosa provincia. En el siglo VIII, los berberiscos conquistan estas tierras que conocerán su apogeo con los nazaríes que propician un desarrollo económico, social, artístico y cultural, cuya influencia llega hasta nuestros días.



Breve Historia de Granada desde sus Origénes

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Córdoba



Córdoba, capital de la España musulmana, es cabecera de un territorio situado en el centro de la geografía andaluza. El Guadalquivir, que se remansa en curso medio, atraviesa su provincia de este a oeste y fertiliza una amplia vega donde fructifican el cereal, la vid y el olivo.
Hacia el norte, la Campiña se encrespa y alcanza las últimas cimas de Sierra Morena, de tupido boscaje e intensa actividad cinegética.
Al sur, la Campiña va ganando altura hasta alcanzar las montañas de la Subbética. Sobre estas tierras calizas se extiende el olivar y se asientan pueblos blancos y señoriales de una cuidada arquitectura barroca.
El paisaje montañoso de cobijo a una variada fauna. La provincia cordobesa, que conserva huellas del pasado ibérico, romano y musulmán, es rica en tradiciones; posee un impresionante patrimonio monumental y su gastronomía ha experimentado un notable auge, recuperando un variado recetario de la cocina tradicional.
La provincia de Córdoba se sitúa en la parte norte-central de la comunidad autónoma de Andalucía. Limita con las provincias de Málaga, Sevilla, Badajoz, Ciudad Real, Jaén y Granada.
Su capital es Córdoba
Desde el Paleolítico, la provincia de Córdoba ha quedado marcada por la huella del hombre. Tartésicos y oretanos se disputaron la posesión de estas tierras y la explotación de sus minas de hierro, plomo y cobre.


Los romanos la conquistaron fascinados por la belleza de su paisaje y la fertilidad de su valle. De su presencia dan testimonio las innumerables construcciones que recorren la provincia. Tras la expansión musulmana por la península ibérica, el territorio del Al-Andalus cordobés se erige en el principal foco de irradiación cultural y económico de la Europa medieval.
Con el Emirato independiente instaurado por Abderramán I y el califato Omeya de Abderramán III, Córdoba vive su máximo protagonismo histórico. El magisterio de grandes hombres -Séneca, Maimónides, Averroes...- difundió por todo el orbe el esplendor y apogeo cordobés.
Tras la conquista cristiana, las repoblaciones del valle del Guadalquivir por Carlos III y las agitaciones sociales del siglo XIX, la provincia emprende un nuevo rumbo histórico. Hoy, este privilegiado enclave andaluz atesora un patrimonio monumental, capaz de cautivar al viajero más exigido.

Nobleza y poder señorial de Cordoba en la edad Moderna; territorio, población y economia.

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Monumento a las Cortes de Cádiz




Monumento a las Cortes de Cádiz
A pesar de la importancia de esta escultura española de los primeros años del siglo XX, el Monumento a las Cortes está prácticamente sin estudiar, ya que, en líneas generales, sólo se le reconoce una prodigiosa técnica al servicio de un arte oficial. Esta escultura, al igual que muchas otras que por esas fechas se erigieron en España, fue concebida al servicio de la ideología del momento, lo que determina su profunda carga de simbolismo alegórico, donde radica su principal interés.
La idea de construir este monumento surgió el 27 de marzo de 1812, fecha en la que el Municipio gaditano solicitó su construcción al Congreso Nacional, siendo la petición leída y aprobada en la sesión de Cortes que tuvo lugar al día siguiente. Sin embargo no sería hasta el período 1912-1929 cuando esta obra se llevaría a cabo. Situado en la Plaza de España de la ciudad de Cádiz, con este monumento se querían conmemorar los trascendentales acontecimientos para la vida política española que por aquellas fechas se habían desarrollado en Cádiz.


Ante el avance de las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia, la Junta Central de Gobierno se trasladó a Cádiz, realizándose la inauguración de las Cortes en la Isla de León (San Fernando), el 24 de septiembre de 1810. Posteriormente las Cortes se trasladan a la capital gaditana donde reanudan sus sesiones y elaboran la Constitución de 1812.

Monumento a las Cortes de Cádiz.. Mas Información…….……

Cãdiz



La provincia de Cádiz es muy diversa, con comarcas que merecen ser visitadas, desde la campiña de Jerez de la Frontera a sus pueblos del Campo de Gibraltar o un recorrido por los pueblos blancos y descansar en algún lugar de la costa entre Tarifa hasta Sanlúcar de Barrameda.
Todo ello sin olvidar su capital, que guarda en sus murallas la cultura y las tradiciones que la hacen distinta, como a sus gentes.
No lo dudes, Cádiz es el destino ideal para tus vacaciones.
Es la provincia más meridional de la Península Ibérica, dista tan solo 14 kilómetros del continente africano.
La provincia limita al norte con las provincias de Sevilla y Huelva, al este con la provincia de Málaga, al suroeste con el Océano Atlántico, al sureste con el Mar Mediterráneo, y al sur con el Estrecho de Gibraltar y la colonia británica de Gibraltar.

Fenicios, griegos y romanos poblaron esta provincia, legándonos importantes testimonios de su presencia en todo el litoral gaditano.


Por otra parte, una serie de hitos históricos nos permiten constatar la estrecha vinculación entre Cádiz y el resto de la península: en el año 711 la derrota visigoda en el río Guadalete permitió a los musulmanes conquistar estas tierras, cambiando el curso de las historia; en tres ocasiones, en sus viajes al nuevo continente, las naves de Colón partieron de aquí y arribaron a sus puertos, convirtiéndolos con el paso del tiempo en lugares de encuentro de corrientes culturales entre Andalucía y América; por último, destacar que en 1812 se redacta en Cádiz la primera Constitución Española, convirtiéndose la ciudad en capital de la Nación durante tres años.

La mejor manera de apreciar Cádiz -, así como Tarifa, Sanlúcar y, en menor medida, Jérez - es en su vagar sin rumbo. Esto es por dos razones. En primer lugar, la historia de la ciudad de ser ocupada por romanos y árabes, enriquecidas por el comercio con el nuevo mundo, despedidos por los británicos, fortificada, y maduró en el aire marino húmedo significa que cada una de sus calles estrechas y empedradas se extiende por siglos de historia y tiene eyefuls de lugares de interés. En segundo lugar, es imposible no perderse (aunque, porque es una ciudad pequeña, y bordeado por tres lados por hermosas playas, no por mucho tiempo). Esté atento a la catedral, con su cúpula dorada; la torre de vigilancia del siglo 18, Torre Tavira; el Mercado Central; y la Freiduría Las Flores, la mejor de muchas articulaciones Frish fritas de la ciudad.


Un poco de Historia. Mas Información…….……





Historia de Cadiz a Traves de sus monumentos. Mas Información…….……

La Alcazaba de Almería



La Alcazaba de Almería se divisa desde cualquier punto de la ciudad de Almería, siendo la mayor de las ciudadelas construidas por los árabes en España.

Su construcción fue iniciada en el año 955 por Abderramán III y terminada por Hayrán, rey taifa de Almería, en el siglo XI.

Tras la conquista cristiana es reformada por los Reyes Católicos y Carlos I.
Los torreones y gruesos muros de la Alcazaba dominan sobre la ciudad y aportan unas vistas increíbles. Fue fundada durante la primera mitad del siglo X por el califa de Córdoba Abd ar-Rahman.

En el centro esta el Segundo Recinto mientras que en la parte este esta la capilla de la ermita de San Juan que fue reconvertida de una mezquita por los Reyes Católicos. El Tercer Recinto que está en la parte noroeste de la Alcazaba es una fortificación que fue añadida por los Reyes Católicos. Sus gruesos muros de piedra y torreones circulares están en una condición mucho mejor que el resto de la Alcazaba.



La Alcazaba de Almería posee tres recintos amurallados, uno de los cuales fue construido por los Reyes Católicos. Fue residencia real y hoy permanece en pie el palacio de Al-Mutasin con todas sus estancias, su mezquita, convertida en iglesia desde finales del siglo XV, y sus baños. Tiene una sola puerta de acceso, casi invisible por las enormes murallas, y amplias estancias de techos abovedados y puertas góticas.

Desde lo alto de las murallas de la Alcazaba se pueden observar unas maravillosas vistas de la ciudad y del puerto.
El complejo Alcazaba se introduce a través de una torre de vigilancia que lleva a la Puerta de la Justicia mediante unas escaleras empedradas bordeadas con una fina variedad de flora. Buganvillas de color de malva, nopal, aloe vera, mimosa, jazmín y rosales se desplomaron por las laderas proporcionando un agradable contraste con la fortaleza de color arena.







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Almeria


Almería, por su situación estratégica, abierta al Mediterráneo, ha albergado durante su historia diferentes civilizaciones. Una importante huella la encontramos en los restos arqueológicos repartidos por toda nuestra provincia.

La Prehistoria dejó muestras de una cultura muy especial en Los Millares y el Argar. Fenicios, cartagineses y griegos explotaron sus minas y comerciaron en sus costas. Los romanos, establecidos a partir del siglo III a.c., la convirtieron en el "Porto Magnus" del Mediterráneo y dominaron la zona hasta la llegada tardía de los visigodos, en el siglo VII. Los árabes creaban en el siglo X la actual capital, desde donde se regiría uno de los reinos taifas más importantes de la España musulmana. La influencia árabe ha sido la más fuerte, debido a su permanencia en nuestra tierra durante casi ocho siglos. Varios son los monumentos que evidencian la fecunda historia de esta tierra. Los castillos y las fortalezas constituyen un testimonio histórico privilegiado para conocer las sociedades del pasado.

Largamente expuesta a conflictos fronterizos y a las necesidades de defensa, la provincia de Almería presenta gran número y variedad de castillos, que constituyen un patrimonio poco conocido. La recuperación económica vendrá de manos de la minería en el siglo XIX.

El mar y el desierto conviven con la huerta más fértil y productiva del continente. Tierras áridas, donde la supervivencia se convierte en un permanente reto; lagunas saladas en las que anida una variada fauna y especies vegetales, únicas en nuestro planeta, esperan a quienes visitan esta provincia dotada de un clima subtropical, mediterráneo, cálido y seco.

Los Parques Naturales de Sierra María-Los Vélez con su castillo, sus cuevas rupestres y una riquísima fauna y el Cabo de Gata-Níjar, de playas desiertas, agrestes acantilados y fondos marinos transparentes, dan vida a un paisaje que ofrece al viajero la magia de la nieve, del bosque mediterráneo, del desierto y el mar.
La toma durante diez años (1147-1157) por las tropas cristianas desarticuló la ciudad de Almería como modo de vida, despoblándola y empobreciéndola, que centrados en defender la ciudad nos han quedado los vestigios de los torreones de san Cristóbal, parecidos a los de la muralla de Ávila.

La situación de Almería en el Mediterráneo y las adversidades que hubo entre los siglos XVI y XVIII condicionaron a la ciudad. El mar se convirtió en un mar maldito, frecuentado por piratas. Fue "la Almería del miedo", miedo al cautiverio, terremotos, sequías e inundaciones, plagas y epidemia.
Almería en la Historia del Flamenco y su aportación a este Arte.

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El Desierto de Tabernas



El Desierto de Tabernas se encuentra a 30 kilómetros al norte de Almería, en el municipio de Tabernas que le da nombre. Está protegido por montañas que lo aíslan del suave clima Mediterráneo, por lo que sus extremas temperaturas lo convierten en un lugar único en Andalucía e incluso en toda Europa. Los días son extremadamente calurosos en este desierto, y en verano no suelen bajar de los cuarenta grados, pero por las noches el frío se adueña del desierto.
El Paraje Natural Desierto de Tabernas está situada al norte de la ciudad de Almería, entre las sierras de los Filabres y de Alhamilla, que la aislan de las corrientes húmedas del cercano mar Mediterráneo. Cárcavas, taludes, torrenteras y ramblas. Desierto y desolación. Paisaje transportado desde los ricos fondos marinos del Mediterráneo hasta estas calcinadas y áridas llanuras almerienses, donde una paradójica sensación de incertidumbre, desasosiego y asombro se apodera de gran parte de sus visitantes.



Está considerado como la única zona desértica propiamente dicha de todo el continente europeo. El paraje ofrece una ingente y rica variedad de recursos ambientales de interés, especialmente geológicos. Bajo un clima mediterráneo subárido, con precipitaciones que no alcazan los 250 mm anuales y temperaturas medias superiores a los 17° C, se han formado ramblas de tipo mediterráneo, las conocidas "bad lands" que dan forma a estepas de gramíneas.
En cuanto a la flora, presenta un elevado número de endemismos exclusivos del área, iberonorteafricanismos y especies raras a nivel mundial, que sólo aparecen en él y en otros puntos de idéntica caracterización. La singularidad de la flora del desierto almeriense la define la presencia de la crucífera Euzomodendron bourgaeanum (endemismo de Tabernas) y otras como Limoniun insignis o la parásita Cynomo rium coccineum. Taray y adelfa aparecen en las ramblas.


Por la riqueza de su avifauna este paraje se declaró Zona de Especial Protección para las Aves. Las aves se pueden observar, sobre todo, en los cursos de las ramblas o en las paredes donde encuentran lugares para refugiarse y nidificar. Es el caso del vencejo real, el avión roquero, el roquero solitario o la grajilla. Destaca también la presencia del camachuelo trompetero y de otras de aves esteparias, como alcaraván, ganga y cogujada. Además en este singular paraje habitan reptiles como la lagartija colirroja, culebra de escalera o el lagarto ocelado; y mamíferos como el zorro, conejo, lirón careto y las dos especies de erizos españoles, el moruno y el común.



Bajo el paisaje de cárcavas se esconde un museo natural a escala real, vivo y único en el contexto europeo por su interés para el estudio de los procesos erosivos y geológicos. Es posible observar, por ejemplo, todo un muestrario natural de formas: microcráteres provocados por el impacto de gotas de lluvia, chimeneas de hadas, surcos o regueros, gullies, sismitas (capas deformadas en pliegues como consecuencia de actividad sísmica en el momento de la deposición), arrecifes fósiles,... o el emblemático y majestuoso Cerro Alfaro.
Uno de sus recursos económicos más explotados es, llamativamente, el haber servido de escenario para el rodaje de películas.






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